Cuando el hombre empezó a comer carne
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En Gobekli Tepe (Kurdistán turco) se han encontrado los restos de un santuario o, mejor dicho, de un templo megalítico que data de hace más de 12.000 años. De los bajorrelieves grabados -dibujos precisos y exactos, figuras de animales, decoraciones puntiformes y geométricas, círculos, discos, medias lunas, imágenes rituales- se desprende que era un lugar de encuentro de grupos de cazadores-recolectores, donde se practicaba un culto de tipo chamánico.
La dieta, la caza y la cosecha, también variaba según el clima. Una de las técnicas para cazar mamíferos consistía en camuflarse rociándose con arcilla para adoptar el color de la tierra y, prendiendo fuego al bosque, sacaban un animal grande a campo abierto y lo mataban. Y, con el descubrimiento del fuego, aprendieron a cocinar la carne.
Y, con el tiempo, se hizo muy bueno en la doma de otros animales: cabras, ovejas, jabalíes, gatos, burros, búfalos, camellos y dromedarios, gallinas y otras aves. E incluso insectos como la abeja, para la miel, y el gusano de seda.
Significado del neolítico
Aceitunas saladas en salmuera, mariscos, sopa fría de almendras, pierna de venado y jabalí asada en el asador, acompañada de tortas de avena y una guarnición de lentejas aromatizadas con manteca de cerdo. Todos, si lo desean, ligeramente intoxicados por una bebida fermentada con sabor a enebro.
En este periodo anterior a la historia, son las fuentes materiales las que apoyan la investigación de los estudiosos. En particular, la información sobre la dieta se ha obtenido principalmente del análisis de las heces fosilizadas, llamadas coprolitos. El análisis de los huesos también ha permitido identificar el período y la composición dietética de nuestros predecesores de forma bastante plausible.
En el Paleolítico Superior, en cambio, se desarrolló la caza especializada de rebaños de renos, caballos, bisontes, uros o mamuts, como puede verse en las pinturas rupestres. Naturalmente, el tipo de animal cazado variaba según las regiones y los recursos locales.
De hecho, los Hadza sólo eran capaces de desencadenar el proceso de “gelatinización” de los almidones contenidos en los tubérculos asados al elevar la temperatura y lograr el grado de cocción perfecto.
Medios antes de la historia
Historia en la radio: los podcasts de historia de la RAI. De Napoleón al Muro de Berlín, por Antonio Prampolini La historia no es sólo algo que podemos “leer” en libros, revistas y periódicos (en papel o en formato digital), “ver” en el cine, en la televisión o en los vídeos, que circulan en abundancia por Internet, sino que también podemos “escuchar” en grabaciones de audio. En los podcasts, como ha observado agudamente Enrica Salvatori,… MOD_GLOBALNEWS_READ_MORE_TITLE
Hacer historia con objetos. El libro por fin. por Antonio Brusa Los objetos son un concentrado de la historia. Nos hablan de la cultura de un pueblo, de sus técnicas, de sus aspiraciones, de sus formas de vida e incluso de sus vicisitudes, guerras, fiestas, hambrunas. Pero los objetos son mudos. Tenemos que interrogarlos para que nos hablen de la historia. Joan Santacana y Nayra Llonch nos dan… MOD_GLOBALNEWS_READ_MORE_TITLE
Alimentacion alimentos de la prehistoria en línea
Gracias al trabajo de arqueólogos y paleoantropólogos, se sabe mucho sobre la dieta de nuestros precursores y ancestros. Los datos proceden en gran medida del análisis de las heces fósiles y de los análisis óseos y permiten determinar con bastante fidelidad el período y la composición dietética utilizada. Esta investigación se complementa y se completa con la investigación antropo-trofológica que estudia los hábitos alimenticios de los indígenas.
Desde hace unos 2,3 millones de años hasta hace 300.000 años, nuestros precursores y antepasados tenían que comer sobre todo alimentos crudos, bien porque aún no habían descubierto el fuego, bien porque su uso era ocasional. Esta época se ha retrasado recientemente en base a los últimos descubrimientos
Pocos productos vegetales eran entonces adecuados para la alimentación humana, ya que la celulosa y las ligninas, como principales componentes de las plantas, no pueden ser procesadas por la digestión humana y algunas plantas producen “antinutrientes” para su supervivencia y para defenderse de los depredadores animales.