Vitamina d sin sol
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En primer lugar, la radiación ultravioleta favorece la fotosíntesis de la vitamina D, necesaria para la correcta mineralización de los huesos, ya que interviene en la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo.
La luz del sol también tiene un efecto positivo en el organismo, ya que alivia los dolores reumáticos y estimula la liberación de neurotransmisores cerebrales como la serotonina y la dopamina, que actúan como “antidepresivos” naturales, favoreciendo el buen humor y regulando los patrones de sueño.
La acción sinérgica de la fotoprotección externa (cremas solares) e interna (suplementos) es, por tanto, esencial para hacer del sol un aliado de nuestro bienestar y evitar que la exposición provoque graves problemas de salud.
Una contribución útil para preparar la piel de antemano para el bronceado es el uso de suplementos solares. Estos productos a base de betacaroteno, extractos de plantas y vitaminas están especialmente diseñados para preparar la piel para el sol del verano.
La vitamina del sol de invierno
. Aunque se cuenta entre las vitaminas, una vez transformado en su forma activa (calcitriol), actúa como una hormona capaz de regular diversas funciones en el organismo; ¡se estima que hay hasta 1000 genes reactivos a su acción beneficiosa! Los estudios también han demostrado que unos buenos niveles de vitamina D se asocian a un
parece ser un excelente estimulador de los mecanismos biológicos y hormonales que afectan significativamente a nuestro estado de ánimo. Estar al aire libre aumenta la producción de serotonina, la hormona del bienestar, cuya liberación disminuye durante el invierno debido a la menor exposición natural al sol.
Vitamina e del sol
La radiación ultravioleta UVB de una longitud de onda específica es necesaria para que se active la síntesis de la vitamina D. Esta radiación llega a la atmósfera, y por tanto sólo está disponible para la piel expuesta, durante un número limitado de horas, que varía según la estación y la latitud. En Italia, la proporción de UVB responsable de la producción de vitamina D disminuye en los meses de invierno debido al mayor ángulo de los rayos solares con la tierra. Además, la irradiación solar se ve influida por las condiciones meteorológicas (en particular, la presencia de nubes) y la contaminación atmosférica, que provoca un aumento de la capa de ozono capaz de absorber los rayos UVB.
Malabsorción de vitamina D
En su forma activada, la vitamina D actúa como una hormona que, para ejercer su efecto fisiológico, se une al receptor VDR situado no sólo en el esqueleto, sino en casi todas las células del cuerpo: el intestino, el sistema inmunitario, las glándulas paratiroides, el páncreas, el corazón, en los músculos, en el eje hipotálamo-hipófisis, en el aparato reproductor, etc.
El sol estimula la síntesis cutánea de la vitamina D mediante la acción de los rayos UVB. Sin embargo, la ubicación geográfica, la contaminación, la ropa y el uso excesivo de protectores solares (véase más adelante) pueden interferir reduciendo o bloqueando la síntesis de vitamina D.
Los niveles óptimos (de 50 a 100 ng/ml) de vitamina D se asocian a una reducción muy específica de la incidencia de muchas enfermedades, mientras que los niveles bajos de vitamina D (10-20ng/ml) pueden hacerle vulnerable a muchas enfermedades, incluidas las mencionadas anteriormente.
Si uno no puede exponerse al sol según las indicaciones que acabamos de describir, tiene condiciones que predisponen a una deficiencia crónica y el dosaje de vitamina D (25-hidroxivitamina D o 25-OH D) en sangre muestra una deficiencia, los suplementos pueden ayudar.