Valores nutricionales de la naranja
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Se han realizado numerosos estudios en personas sanas y de riesgo para determinar el posible papel protector del consumo de naranja y de zumo contra las enfermedades cardiovasculares. Se han investigado tanto los efectos sobre diversos marcadores de procesos inflamatorios como los efectos sobre la presión arterial, sistólica y diastólica. Los resultados son controvertidos: algunos trabajos han demostrado un marcado efecto protector, mientras que otros no han mostrado resultados apreciables. Curiosamente, entre los trabajos que dieron resultados positivos, algunos mostraron un efecto apreciable con productos comerciales a base de zumo de naranja concentrado, resultados que no se dieron con el consumo de zumo natural.
Como se puede ver, incluso para la naranja, los estudios nos dan un panorama muy variado: los trabajos en animales han dado resultados interesantes, pero se trata de estudios básicos y preliminares que no son automáticamente transferibles a los humanos. Sin embargo, los estudios clínicos, incluso los de doble ciego, arrojan resultados controvertidos que indican un posible efecto protector vinculado a la presencia de hesperidina y otros compuestos en el consumo continuado, preferentemente de naranjas sanguinas.
Naranja sanguina
Las naranjas sólo aportan 34 kcal por cada 100 gramos, por lo que son adecuadas para las dietas hipocalóricas. Por cada 100 gramos de naranja (parte comestible) hay 87 gramos de agua, unos 8 gramos de hidratos de carbono, 1,6 de fibra, 0,7 de proteínas y muy poca grasa (0,2 g).
Otros componentes químicos son los citroflavonoides, los carotenoides, las flavanonas (narirutina y hesperidina), las antocianinas (cianidina-3-glucósido, típico de las naranjas sanguinas), los ácidos hidroxicinámicos (ferúlico, cumarínico, cafeico) y los aceites grasos.
La variante dulce se diferencia de la naranja amarga por la ausencia de espinas caulinares verdes, el sabor dulce y las hojas sin peciolo alado. [extraído del Dizionario ragionato di erboristeria e di fitoterapia, de A. Bruni y M. Nicoletti].
Mandarina significa tanto el árbol perteneciente a la familia Rutaceae, subfamilia Aurantioideae, Género Citrus, Especie reticulata (nomenclatura binomial Citrus reticulata), como el fruto que produce (hesperidio).
Naranjas beneficiosas
Las naranjas de sangre, en cambio, deben su nombre a la pigmentación que obtienen como resultado de las fluctuaciones de temperatura: los cambios de temperatura aumentan la producción de azúcares y antocianinas, responsables de la coloración sanguínea.
Las naranjas también contienen mucha agua y micronutrientes esenciales para el organismo. Son ricos en minerales como el potasio, el calcio, el fósforo y el magnesio, en vitaminas como el ácido ascórbico, el ácido fólico, la tiamina y la niacina, y en antioxidantes como las antocianinas y el ácido cítrico.
Los beneficios de las naranjas están relacionados principalmente con la salud del sistema inmunitario, que se ve reforzado por la vitamina C y otros antioxidantes. Una naranja media cubre perfectamente las necesidades diarias de esta vitamina para los niños y en Italia empieza a estar disponible en noviembre, justo cuando empiezan los primeros fríos.
Las naranjas también son buenas para mantener sano el corazón y el sistema cardiovascular: el ácido fólico, el ácido ascórbico, el potasio y el magnesio ayudan a regular los niveles de colesterol y la presión arterial.
Vitaminas de color naranja
En una estación gris y fría como el invierno, la naranja, con su color y su forma esférica, ilumina el día como un pequeño sol y aporta una serie de sustancias indispensables en invierno.
Además, el olor de la naranja al pelarla libera un agradable aroma que despierta los receptores del sentido del olfato y estimula la producción de beta endorfinas u hormonas del bienestar.
Sin embargo, la evidencia científica mitiga este alarmismo en la medida en que una revisión de la literatura sobre el tema, desde 1965 hasta la actualidad, no ha revelado ningún estudio que muestre efectos tóxicos asociados al uso de frutos de naranja amarga sin madurar utilizados en infusiones, decocciones o tisanas que contengan estas cáscaras, en las que la concentración de sinefrina no suscita ninguna preocupación.
Una clase de nuevos fármacos antiinflamatorios y anticancerígenos derivados de triterpenoides naturales, moléculas similares a los aceites esenciales de las cáscaras de naranja, podrían ser un recurso terapéutico o preventivo para la población masculina con riesgo de desarrollar cáncer de próstata, especialmente cuando existen antecedentes familiares de la enfermedad”.