Síntomas neurológicos de la deficiencia de vitamina D
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Como regla general, la concentración de vitamina D no debe caer por debajo de 20 ng / mL (50 nmol / L) en la población general, pero se recomienda mantener los niveles por encima de 30 ng / mL (75 nmol / L) en los sujetos:
La vitamina D también desempeña el papel de una hormona, y como tal tiene numerosos efectos extraesqueléticos, regulando hasta unos 2000 genes. En consecuencia, la 1,25-dihidroxivitamina D influye en un gran número de vías biológicas, lo que explica por qué su deficiencia y el hecho de vivir en latitudes elevadas parece conllevar un mayor riesgo de padecer varias enfermedades crónicas, como las autoinmunes, las cardiovasculares (CV), las infecciosas, el cáncer, la esquizofrenia y la diabetes de tipo 2.
– con enfermedades óseas como la osteomalacia y la osteoporosis (especialmente si se van a utilizar fármacos óseos activos, en cualquier caso se sugiere comprobar los niveles de 25(OH)D en cualquier paciente diagnosticado de osteoporosis antes de iniciar el tratamiento)
Los datos bibliográficos son inequívocos para la indicación del tratamiento con vitamina D en todos los sujetos con niveles séricos de 25(OH)D < 20 ng/mL (50 nmol/L), pero son controvertidos para los valores entre 20 y 30 ng/mL (50 y 75 nmol/L). Los pacientes con osteopenia, osteoporosis (especialmente si están en tratamiento), o que en general pertenecen a categorías de riesgo, deben mantener concentraciones en sangre superiores a 30 ng/mL (75 nmol/L).
Bajo nivel de vitamina d3
Un informe del Instituto de Medicina de los Estados Unidos afirma: “El cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, la diabetes y el síndrome metabólico, las caídas, la eficiencia inmunitaria y las enfermedades autoinmunes, las infecciones, el funcionamiento neuropsicológico y la preeclampsia no pueden relacionarse de forma fiable con la ingesta de calcio o vitamina D y a menudo se confunden.
Se ha demostrado que las personas de piel oscura que viven en climas templados tienen niveles bajos de vitamina D, probablemente debido a una menor eficiencia en su producción causada por la abundante melanina de la piel, que dificultaría su síntesis.
La hipervitaminosis (exceso de vitamina D) provoca un aumento de la absorción intestinal y de la reabsorción ósea del calcio, lo que da lugar a una hipercalcemia, fácilmente identificable por el aumento de la micción y la sed.
La activación del VDR en las células intestinales, óseas, renales y paratiroideas conduce al mantenimiento de los niveles de calcio y fósforo en la sangre (con la ayuda de la hormona paratiroidea y la calcitonina) y a la conservación del contenido óseo.
¿Qué es la vitamina D?
Liposoluble, que se absorbe junto con la grasa de la dieta y se almacena en el hígado. La deficiencia se produce como resultado de no tomarlos durante largos períodos. Entre ellas se encuentran la vitamina A, E, K y la vitamina D, de la que hablaremos hoy.
La prueba de la 25-OH-D3 desempeña un papel esencial en el seguimiento de pacientes con trastornos del metabolismo del calcio asociados al raquitismo, la hipocalcemia, el embarazo, el hipoparatiroidismo y la osteoporosis en la posmenopausia.
La tabla muestra la dosis terapéutica y de mantenimiento estimada en función de los niveles de 25(OH)D en sujetos que no han recibido suplementos en el último año según las directrices del SIOMMS. Por ello, es muy útil comprobar periódicamente el valor sérico de esta vitamina y consultar al médico si se detecta una carencia.
Dónde se encuentra la vitamina d
Los estudios estructurales han identificado las dos formas de vitamina D y que el ergocalciferol se forma cuando los rayos ultravioleta inciden sobre el ergosterol, su forma provitaminada de origen vegetal, mientras que el colecalciferol se produce por irradiación del 7-dehidrocolesterol.
En el caso de la deficiencia de vitamina D, las primeras alteraciones son: disminución de los niveles séricos de calcio y fósforo, lo que da lugar a un hiperparatiroidismo secundario, y aumento de las concentraciones de fosfatasa alcalina. Existen alteraciones en los procesos de mineralización con raquitismo en los niños no expuestos al sol y osteomalacia en los adultos no expuestos al sol, debilidad muscular[7], deformidad ósea en las enfermedades de los huesos y dolor[8]. Estudios realizados en 2006 sacaron a la luz cómo la deficiencia de vitamina D puede estar relacionada con el síndrome gripal: según el equipo de investigadores, la razón puede estar asociada al hecho de que esta vitamina estimula la producción de antimicrobianos en los pulmones. Otros estudios de 2009[9] correlacionaron la deficiencia de la vitamina, especialmente en la fase neonatal, con la aparición de esclerosis múltiple.