Poros dilatados
Las posibles causas de los poros dilatados son numerosas e incluyen muchos factores exógenos y endógenos, como la predisposición genética, el envejecimiento, la exposición crónica a la luz ultravioleta o los xenobióticos comedogénicos (toxinas ambientales, alcohol, drogas, pesticidas, hidrocarburos clorados, etc.), el acné y la seborrea.
Entre los medicamentos que pueden influir en la producción de sebo se encuentran también los anticonceptivos hormonales combinados, la espironolactona (un compuesto esteroide sintético con una estructura similar a la de la progesterona y la aldosterona) y el acetato de ciproterona (una progestina con efecto antiandrogénico).
Otros ingredientes activos que pueden ayudar a reducir la secreción sebácea y mejorar el aspecto de la piel, cuando se aplican tópicamente, son el ácido salicílico, la L-carnitina y la niacinamida al 2%.
Las posibles opciones que se pueden considerar para reducir los poros dilatados son la terapia fotodinámica, el láser de diodo y la radiofrecuencia no ablativa. Estos procedimientos tienen como objetivo inducir la necrosis selectiva de las glándulas sebáceas.
Remedios para los poros dilatados
Por lo tanto, también desempeña un papel importante para contrarrestar el estrés oxidativo inducido por los rayos UV al inhibir la formación de melanina (ayudando así a prevenir la formación de manchas solares, causadas precisamente por la excesiva producción de melanina).
Este suero altamente concentrado debe aplicarse sobre la piel limpia y seca y dejarse actuar durante unos minutos antes de aclarar. Este tratamiento debe realizarse 2/3 veces por semana durante un periodo limitado: de uno a tres meses.
Mezclar los tres ingredientes: añadir el líquido hasta conseguir una consistencia cremosa. Aplique la mascarilla sobre la piel, déjela actuar durante 5-10 minutos y aclare. Completa tu rutina de belleza aplicando un tónico y una crema hidratante.
Cara de poros dilatados
Los poros de la piel cumplen una función importante para la piel, son capaces de asegurar la regeneración natural de la piel. Gracias a ellas se produce la transpiración, es decir, el intercambio de sustancias entre el interior y el exterior de la epidermis.
Gracias al uso de cromóforos (un tipo especial de átomos), se aplica una estimulación mecánica al folículo. Como resultado de este “daño”, las glándulas sebáceas se contraen y su contracción conduce a un aumento de la producción de colágeno, la reducción de los poros, la mejora de la capa córnea de la piel y el tono de la piel.
Su uso suele asociarse al tratamiento antienvejecimiento de las arrugas superficiales. Actúa como miorrelajante, interrumpiendo el paso por las terminaciones nerviosas presinápticas del neurotransmisor acetilcolina. Esto corta la comunicación entre los distintos haces musculares.
Se trata de arcilla verde, vinagre de sidra de manzana y zumo de limón. Estos tres elementos, combinados con agua y aplicados en el rostro, proporcionan a la piel un efecto astringente y suavizante. Lo único que hay que hacer, es tener cuidado con la frecuencia, una aplicación por semana es suficiente.
Poros de la piel
Teniendo en cuenta que la vitamina C se encuentra en muchas frutas y verduras, cabría pensar que la piel seguiría beneficiándose de ella, simplemente, cuando comemos alimentos ricos en ella.
La absorción de la vitamina C parece estar limitada por los mecanismos de transporte activo en el intestino, por lo que el uso de cremas y sueros de vitamina C parece ser la mejor manera de garantizar que la piel reciba un suministro adecuado de vitamina C, manteniéndola sana y radiante, y protegiéndola de las agresiones externas.
Por lo general, el ácido ascórbico se formula a una concentración que oscila entre el 8 y el 20 por ciento, con un pH bajo (<3,5). Por un lado, estas características confieren al producto final un efecto especialmente potente, pero, por otro, pueden provocar una serie de efectos secundarios, como irritación localizada, enrojecimiento y sensibilización de la piel, especialmente en el caso de las personas con piel muy sensible.
Además, la vitamina C parece ser segura y bien tolerada por la piel incluso cuando se utiliza en combinación con otros activos cutáneos, como los alfahidroxiácidos, los retinoides (vitamina A y derivados), la vitamina E y los FPS.