Alimentos ricos en omega 3, 6 9
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Nuestro cuerpo necesita una ingesta diaria de vitaminas, minerales y otros nutrientes que son funcionales para el bienestar general. También hay moléculas, como los ácidos grasos omega-3, que favorecen los procesos naturales del organismo, influyendo positivamente en la salud del corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y el sistema inmunitario.
Su ingesta desempeña un papel clave en el desarrollo de los niños, la memoria y el dolor de las articulaciones. Podemos asegurarnos de que el cuerpo reciba su cuota de omega-3 incorporando a la dieta alimentos ricos en ellos. Sin embargo, a veces puede ser necesario recurrir al uso de suplementos para hacer frente a una posible carencia (que debe ser comprobada por un médico).
“Como todos los ácidos grasos, el omega-3 puede entrar en las células y oxidarse para producir energía, almacenarse en el tejido adiposo y utilizarse para fabricar membranas celulares, interviniendo en su mantenimiento y estimulando la regeneración celular.
Alimentos con omega 6
Los omega-3 son compuestos pertenecientes al grupo de los ácidos grasos. Los ácidos grasos, a su vez, pertenecen al grupo nutricional de las grasas, también conocidas como lípidos. Los ácidos grasos son componentes clave de los llamados glicéridos, compuestos formados por una molécula de glicerol (un alcohol) que se une a una, dos o tres cadenas de ácidos grasos para formar mono, di y tri-glicéridos respectivamente. Estas últimas están presentes en abundancia en el cuerpo humano, ya que son la forma de almacenamiento acumulada en el tejido adiposo y constituyen aproximadamente el 96-97% de las grasas alimentarias.
Los omega-3 también tienen un impacto metabólico muy importante. Actúan sobre la concentración de grasa en la sangre (lipemia) disminuyendo significativamente los niveles de triglicéridos y colesterol total y aumentando el colesterol “bueno” HDL. Por último, los omega-3 tienen un efecto positivo sobre la presión arterial al reducirla. Los omega-3 son sensibles a la luz y al calor, por lo que deben protegerse del sol y consumirse crudos o tras una breve cocción.
Tabla de omega 3 del pescado
Así pues, tanto los carnívoros como los veganos pueden encontrar excelentes fuentes de omega-3 sin renunciar a sus canales de alimentación preferidos. El omega-3 se encuentra en ciertos tipos de pescado, especialmente en el pescado “graso” (bacalao, sardinas, arenque, caballa, salmón y atún). Además, estos pescados son sabrosos y pueden cocinarse a la perfección en poco tiempo. Luz verde, por tanto, al pescado azul, que nunca debe faltar en nuestra mesa y que sustituye al clásico y menos saludable filete.
Un buen producto debe contener al menos un 60% de EPHA purificado para garantizar un consumo sin riesgos para la salud, eliminando o reduciendo en gran medida las posibles sustancias cancerígenas que podría contener el pescado debido a la contaminación ambiental.
La botella de aceite (estrictamente de vidrio) debe guardarse adecuadamente en la oscuridad y en un lugar fresco. Una vez abierta, la botella debe conservarse en el frigorífico, siempre cerrada con el corcho, y consumirse en un plazo breve (unos treinta días).
Aguacate omega 3
Pertenecen a la familia de las grasas poliinsaturadas, aquellas que contienen varios dobles enlaces en su estructura química. Su nombre deriva de la posición del primer doble enlace del carbono, que comienza al final de la cadena.
Los principales derivados del metabolismo del ácido alfa linolénico son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosaenoico (DHA). Se trata de ácidos grasos de cadena larga contenidos principalmente en la grasa de los peces de mar frío y de las algas, por lo que también se denominan omega-3 marinos.
Son una categoría de ácidos grasos que se definen como esenciales para la salud, pero que el organismo no puede sintetizar. En concreto, no puede producir los ácidos grasos esenciales linoleico y alfa-linolénico. Por lo tanto, sólo pueden introducirse a través de la dieta o en forma de complementos alimenticios.
Precisamente por ello, favorecen el buen funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular, mejorando la circulación sanguínea y evitando la acumulación de colesterol y triglicéridos. Además, refuerzan el sistema inmunitario y protegen las células favoreciendo su renovación.