Acerola – vitamina c
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Su fruto se ha convertido en algo muy buscado por su altísimo contenido en ácido ascórbico. A pesar de que se le llama cereza tropical, su sabor no recuerda al de nuestra cereza, sino que tiene algo único: dulce y ácido a la vez, que recuerda al jarabe de hibisco con ese regusto que sólo pueden tener las frutas tropicales.
También se elaboran zumos, purés, helados y granizados con la fruta fresca, que son sencillamente deliciosos. Para la exportación, la fruta se procesa generalmente secando o congelando la pulpa, nada que ver con la fruta fresca pero mejor que nada.
Contraindicaciones de la acerola
Además de su altísimo contenido en vitamina C, unos 1.600 miligramos por gramo, también contiene buenas cantidades de provitamina A (más o menos las mismas que las zanahorias), vitaminas del grupo B (especialmente ácido pantoténico) y bioflavonoides y taninos. Entre las sales minerales, el calcio, el hierro y el magnesio están bien representados.
Tiene efectos antianémicos debido a la estimulación de la flora bacteriana intestinal para producir ácido fólico, que a su vez favorece la absorción del hierro. Tiene una acción protectora sobre los capilares.
Beneficios de la acerola
Por ello, la acerola se utiliza en todos los casos en los que se necesita un aporte adecuado de ácido ascórbico, como en los casos de síndromes gripales y resfriados, o en casos de convalecencia, astenia y carencias vitamínicas.
En la medicina popular, los frutos de la acerola se utilizan para tratar la diarrea, la disentería y los trastornos hepáticos. Por otra parte, el zumo de la fruta se utiliza en la medicina tradicional para tratar los dolores de garganta; también se emplea como remedio astringente.
N.B.: Las aplicaciones de la acerola para el tratamiento de las dolencias mencionadas no están aprobadas ni respaldadas por las pruebas experimentales correspondientes, o no las han superado. Por ello, pueden carecer de eficacia terapéutica o incluso ser perjudiciales para la salud.
Fruta de acerola
Como el cuerpo humano no puede sintetizar la vitamina C, ésta se suministra principalmente a través de los alimentos. Nuestro cuerpo necesita una media de 80 mg al día, con una necesidad mayor para las mujeres embarazadas, las mujeres lactantes, los ancianos, las personas que pasan por períodos de convalecencia debido a enfermedades infecciosas y los niños que necesitan apoyo para las defensas naturales del cuerpo.
Un suplemento recomendado en los momentos en los que el cansancio físico y mental comienza a hacerse notar con mayor insistencia, también debido a agentes externos que desestabilizan el equilibrio diario y exigen constantes esfuerzos de adaptación.