La falta de vitamina d engorda
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Para entender cuáles son las principales causas de la carencia de vitamina D, vamos a explicar en unas líneas cómo la produce nuestro organismo. Los rayos ultravioleta de tipo B (longitud de onda entre 290 y 315 nm) son capaces de estimular la transformación del 7-dehidrocolesterol en vitamina D3.
Esta transformación tiene lugar en la piel y luego la vitamina D3 es transportada primero al hígado y luego a los riñones para sufrir dos reacciones de hidroxilación (reacción que cataliza la adición de un grupo hidroxilo -OH) que transforman el precursor en la vitamina activa: 1-25(OH)2D3.
Otra causa importante de deficiencia de vitamina D son las enfermedades hepáticas y renales. Como hemos visto, la hormona debe sufrir dos transformaciones en el hígado y en el riñón para poder activarse, por lo que las enfermedades hepáticas o renales pueden inhibir esta transformación.
Por último, en los últimos años, la investigación ha demostrado cómo la deficiencia de vitamina D se correlaciona con la aparición y el empeoramiento de las enfermedades autoinmunes. Los estudios, en particular, han demostrado cómo, a nivel experimental, la administración de suplementos de vitamina D podría mejorar los síntomas o disminuir la incidencia de enfermedades autoinmunes como la encefalomielitis, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico (LES), la esclerosis múltiple, la diabetes mellitus de tipo 1 y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Baja vitamina d y ansiedad
Se trata de un grupo de prohormonas liposolubles, es decir, moléculas que pueden actuar como precursoras en la síntesis de hormonas (prohormonas) y que son liposolubles en lugar de hidrosolubles (liposolubles); estas moléculas tienen importantes funciones en el organismo, por ejemplo, son esenciales en la regulación del crecimiento y para la formación de dientes y huesos.
Nuestro cuerpo produce vitamina D a través de la acción de la luz solar directa sobre nuestra piel cuando estamos al aire libre. Especialmente en el periodo que va de finales de marzo a finales de septiembre, la mayoría de nosotros debería poder obtener de nuestra estrella toda la vitamina D que necesitamos para la estación fría.
Una ingesta limitada a la alimentación y a la exposición al sol no suele suponer ningún riesgo, ya que los mecanismos reguladores del organismo son capaces de modular su producción y absorción.
La deficiencia de vitamina D provoca
Para el ser humano, por tanto, el suministro natural de vitamina D depende de la exposición a la luz solar -que permite la conversión de una especie precursora en la piel- y de la ingesta de ciertos alimentos específicos (por ejemplo, el aceite de hígado de bacalao).
La deficiencia de vitamina D afecta a la mineralización de los huesos de diferentes maneras, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades como el raquitismo, en los niños, y la osteomalacia y la osteoporosis, en los adultos.
Afortunadamente, la progresiva mejora de las condiciones higiénicas y sanitarias y el creciente uso de la profilaxis vitamínica, desde el periodo neonatal, han reducido en gran medida la prevalencia de esta enfermedad por déficit de vitamina D en comparación con hace varias décadas.
La terapia causal varía de un paciente a otro, en función del factor desencadenante (de ahí la importancia de conocer las causas precisas de la carencia); la terapia para eliminar la carencia, en cambio, consiste generalmente en una dieta rica en alimentos naturalmente ricos en vitamina D o en alimentos enriquecidos con vitamina D, y en la toma de suplementos específicos.
Hormigueo por deficiencia de vitamina d
Pero, ¿dónde podemos encontrar esta vitamina fuera de nuestro cuerpo? Principalmente en alimentos de origen animal. Los que son ricos en ella son los pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, pero también en el aceite de hígado de bacalao, la yema de huevo y el hígado.
Sin embargo, no hay que exagerar con la ingesta de alimentos lácteos ya que, si los riñones no funcionan correctamente, pueden hacer que aumente el fósforo en la sangre, lo que aleja el calcio de los huesos y lo lleva al torrente sanguíneo.