Qué comer para tener una piel bonita sin granos
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Contra el acné, los especialistas aconsejan ante todo seguir la “verdadera” dieta mediterránea, un hábito que, gracias a las diversas modas culinarias, está sufriendo interpretaciones personales, caracterizado por un alto consumo de aceite de oliva, verduras, legumbres, productos integrales, frutas y frutos secos.
Sin embargo, ¿qué es lo que no debe faltar en la mesa para evitar el acné? Vitaminas y alimentos ricos en omega-3, sobre todo, antioxidantes, pero también magnesio y selenio, poco sodio y mucha agua. He aquí algunas pautas dietéticas:
Alimentos que son malos para la piel
La piel consta de tres capas principales denominadas epidermis, dermis y subcutis, a las que se añaden una serie de apéndices como las glándulas sebáceas, los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, que ayudan a la piel a realizar sus funciones.
Dado que los factores hereditarios, la exposición al sol y el estrés son los principales elementos que determinan el estado de nuestra piel, en las últimas décadas muchos estudios científicos de nutrición clínica se han centrado en determinar una correlación entre la nutrición y el bienestar de la piel.
La juventud y el bienestar de la piel no dependen únicamente del uso de cremas o sérums, sino que derivan de unos hábitos alimentarios correctos: la conquista de una piel bella y sana comienza, por tanto, en la mesa.
Sin embargo, ¿cuáles son los verdaderos enemigos de la piel? Las personas con tendencia a tener la piel inflamada, con tendencia al acné o irritada deben prestar mucha atención al consumo de alimentos con un alto índice glucémico y a los carbohidratos refinados (como el arroz blanco, el pan blanco y la pasta), así como a los azúcares simples contenidos en las bebidas gaseosas y los snacks industriales.
Vitaminas buenas para la piel
La piel consta de tres capas principales denominadas epidermis, dermis y subcutis, a las que se añaden una serie de apéndices como las glándulas sebáceas, los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, que ayudan a la piel a realizar sus funciones.
Dado que los factores hereditarios, la exposición al sol y el estrés son los principales elementos que determinan el estado de nuestra piel, en las últimas décadas muchos estudios científicos de nutrición clínica se han centrado en determinar una correlación entre la nutrición y el bienestar de la piel.
La juventud y el bienestar de la piel no dependen únicamente del uso de cremas o sérums, sino que derivan de unos hábitos alimentarios correctos: la conquista de una piel bella y sana comienza, por tanto, en la mesa.
Sin embargo, ¿cuáles son los verdaderos enemigos de la piel? Las personas con tendencia a tener la piel inflamada, con tendencia al acné o irritada deben prestar mucha atención al consumo de alimentos con un alto índice glucémico y a los carbohidratos refinados (como el arroz blanco, el pan blanco y la pasta), así como a los azúcares simples contenidos en las bebidas gaseosas y los snacks industriales.
Beber leche es bueno para la piel
Si bebes lo suficiente, te cuidas bien la piel y utilizas sólo productos naturales, pero sigues sufriendo inflamación, granos y piel enrojecida, puede que sea el momento de hacer una buena revisión de tu dieta.
O bien, las erupciones cutáneas pueden producirse si está comiendo un alimento al que es alérgico o sensible sin saberlo. Hay algunas categorías particulares de alimentos que pueden ser la causa.
Una alergia a un alimento no se presenta necesariamente con un ataque de asma grave o una reacción drástica. A veces se presenta con hinchazón o gases intestinales, o incluso con un efecto en la piel.
Así que los productos lácteos son una buena categoría a eliminar para los problemas de la piel porque no sólo podrías ser alérgico (por ejemplo, intolerante a la lactosa), sino que los productos químicos también pueden causar desequilibrios hormonales que pueden afectar directamente a tu estado de ánimo y a tu piel.
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