Dieta mediterránea vegana y vegetariana
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La dieta vegetariana tiene raíces muy antiguas y, como hemos dicho, las motivaciones que llevan a una persona a adoptarla pueden ser numerosas (religiosas, éticas, económicas, ecológicas, relacionadas con la salud, etc.).
La dieta lacto-ovo-vegetariana permite comer verduras, microorganismos (mohos y bacterias) y alimentos derivados de animales, como huevos, leche, queso y miel. Sin embargo, excluye el consumo de productos cárnicos y de pescado (incluidos mariscos y crustáceos).
Por el contrario, las dietas monovegetarianas basadas en cereales refinados y derivados pueden provocar un aumento de la glucemia, la trigliceridemia y favorecer la aparición de la diabetes (así como el sobrepeso).
En cambio, las dietas vegetarianas que incluyen fritos y comida basura (aperitivos dulces y salados) se caracterizan por la abundancia de aceites tropicales (que suelen ser saturados) y/o de ácidos grasos hidrogenados (que tienen el mismo impacto metabólico que los saturados).
La exclusión de carnes y pescados en conserva (embutidos, salchichas cocidas, atún en conserva, etc.) tiene un efecto positivo en la aparición de la hipertensión sensible al sodio. Además, el ácido graso esencial poliinsaturado omega-3, el ácido alfa linolénico, abundante en ciertas semillas y aceites oleaginosos, tiene un marcado efecto hipotensor.
Dieta vegetariana y vegana
Como hemos mencionado, la dieta vegetariana consiste en una alimentación que excluye por completo la carne y el pescado, ya sea fresco o procesado como los embutidos o el atún en conserva. La base de una dieta vegetariana, como en cualquier otra dieta equilibrada, debe estar formada por hidratos de carbono complejos, alimentos que aporten la cantidad adecuada de proteínas para sustituir a la carne y el pescado, y mucha fruta y verdura.
A ello hay que añadir los numerosos efectos positivos que el régimen aporta al organismo. Pero, ¿cuáles son estos beneficios? Lo averiguaremos, pero antes veamos las opiniones de los expertos.
La dieta vegetariana tiene muchos beneficios para el bienestar porque elimina totalmente ciertos alimentos que, según recientes investigaciones científicas, son responsables de trastornos de la salud como los problemas cardiovasculares debidos al colesterol y los triglicéridos altos, pero también de enfermedades graves como el cáncer. Antes de pasar al ejemplo concreto de una dieta vegetariana, veamos en detalle los pros y los contras de esta dieta.
Legumbres inteligentes
“¡Soy vegetariano, pero como pollo!”. – “Soy vegetariano o flexitariano a tiempo parcial. En casa comemos carne dos veces por semana como máximo”. – “¡Claro que soy vegetariano, pero como pescado!”. – A veces, cuando durante una conversación el tema central se convierte de repente en la comida o, para ser más precisos, se habla de eliminar ciertos alimentos, parece que todo es un gran caldero de teorías.
La palabra “vegetariano” viene del latín “vegetare”, que significa “animar”. Por esta razón, las personas vegetarianas sólo comen alimentos producidos por animales que aún están vivos, como la leche, los huevos, el yogur, la mantequilla, la miel, etc.
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Los veganos, a diferencia de los vegetarianos que no comen carne, eliminan de su vida todos los productos animales, incluidos los huevos, la leche y la miel. Esta renuncia se extiende desde el jabón hasta el jersey de lana y las plumas del edredón de la cama.
Hay varias razones para elegir una dieta vegetariana. En un estudio que Demoscope realizó en 2017 en nombre de Swissveg sobre las dietas vegetarianas, el 78% de los encuestados citó el bienestar animal como su principal motivación. Otras razones fueron la ética (60%), la ecología (58%), la contribución a la alimentación de la población mundial (40%) y la propia salud (35%).
Los productos vegetarianos y veganos se reconocen con la etiqueta V verde y la etiqueta de flor vegana. Estas marcas están reconocidas internacionalmente. En la etiqueta V, las palabras “vegetarisch” o “vegan” indican a qué categoría pertenece el alimento.
En la vida cotidiana, la “pirámide alimentaria suiza” también sirve de guía para quienes siguen una dieta vegetariana. La carne y el pescado no deben eliminarse sin ser sustituidos: por lo tanto, deben reemplazarse por las alternativas correspondientes, como el tofu, el quorn, el seitán, el tempeh, el queso o los huevos. Se debe consumir un producto proteico cada día y tres raciones de leche y productos lácteos.