Síntomas neurológicos de la deficiencia de vitamina d
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Los síntomas de la carencia de vitamina D pueden ser difíciles de detectar porque suelen ser similares a los de otras afecciones que provocan dolor o debilidad, como la osteoporosis (enfermedad en la que los huesos se vuelven frágiles), la artritis reumatoide (enfermedad autoinmune que provoca dolor en las articulaciones) o la fibromialgia (enfermedad caracterizada por un dolor muscular generalizado).
Los suplementos de vitamina D están disponibles en muchas formas, como cápsulas, comprimidos, tabletas y jarabes. También están disponibles en forma de líquido o de gotas. Algunas personas prefieren este tipo de suplemento porque no quieren tragar píldoras o cápsulas, que pueden crear molestias digestivas, especialmente si se toman con el estómago vacío. Los suplementos de vitamina D en forma de gotas pueden tomarse vertiendo las gotas directamente bajo la lengua, en un trozo de pan o diluyéndolas en agua.
La falta de vitamina d engorda
Sin embargo, las formas D2 y D3 también pueden introducirse a través de la alimentación (yema de huevo, hígado, pescado azul, carnes con alto contenido en grasa, productos lácteos) y tomando suplementos.
El calcitriol, que se mide en el suero sanguíneo, se comporta como una verdadera hormona, responsable del metabolismo del calcio y del fosfato, y por tanto estrechamente vinculado al metabolismo del tejido óseo esquelético.
En general, la vitamina D preside esencialmente el ciclo biológico de los osteoblastos (células productoras de tejido óseo) y de los osteoclastos (células que destruyen el tejido óseo), manteniendo una proporción equilibrada entre ambos.
Cuando los niños empiezan a caminar, los huesos de las extremidades inferiores son incapaces de soportar adecuadamente la carga de peso del cuerpo y, por lo tanto, los fémures tienden a arquearse, lo que provoca una notable deformación de las piernas.
Esta patología, que aparece entre los 4 y los 24 meses de edad, se presenta con una deformación inicial del cráneo (huesos parietal, occipital y temporal), con un retraso considerable en el cierre de la fontanela y con hipertrofia de las articulaciones de la caja torácica.
La deficiencia de vitamina D provoca
La vitamina D contribuye a numerosos procesos del organismo, como la formación de los huesos, las defensas inmunitarias y el mantenimiento de los músculos. En consecuencia, los síntomas de una carencia de vitamina D pueden ser variados.
A lo largo de los años, los científicos han descubierto otras funciones de la vitamina D en los estudios, como su papel en el sistema inmunitario, el crecimiento del cabello y la protección contra ciertas enfermedades [3].
Conviene saber: los estudios han observado que la carencia de vitamina D durante el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones. Entre ellos se encuentran: la preeclampsia, el parto prematuro y el bajo peso al nacer [6].
Una deficiencia de vitamina D impide que el intestino transporte suficiente calcio a la sangre. Para que el equilibrio continúe, la glándula paratiroidea produce la hormona paratiroidea. Esta hormona activa los osteoclastos -células que inician la resorción ósea- para que el calcio pueda pasar de los huesos a la sangre. De este modo, el organismo restablece la homeostasis del calcio y mantiene las funciones corporales.
Baja vitamina d y ansiedad
Con respecto a las personas con osteoporosis, las mismas directrices explican que las dosis de colecalciferol inferiores a 800 UI/día suelen ser insuficientes para prevenir las fracturas. Por otro lado, las dosis superiores a 100.000 UI/día en una sola toma pueden tener efectos potencialmente negativos sobre la salud del esqueleto; pueden tener el efecto contrario al deseado al inhibir la mineralización y aumentar el riesgo de fracturas. La suplementación a dosis terapéuticas suele estar indicada durante unas semanas hasta que se alcancen los niveles normales. A continuación, continúe con dosis de mantenimiento más bajas que oscilen entre 800 y 2000 UI/día.