Vitamina d
¿Cómo? Corrigiendo el estilo de vida y la dieta. En el primer caso, desmenuzando los factores de riesgo ambientales y de comportamiento e interviniendo precozmente gracias a un diagnóstico temprano; en el segundo, asegurando la ingesta de nutrientes antioxidantes y antienvejecimiento, en particular los que ejercen un efecto específicamente protector de la vista.
En este artículo, hablaremos precisamente de estos nutrientes, que son esencialmente moléculas vitamínicas o no pro-vitamínicas pero relacionadas, beneficiosas para la salud ocular: la vitamina A, la luteína, la vitamina C y la vitamina E.
La vitamina A ejerce muchas funciones, entre las que se encuentra un admirable papel biológico en el correcto mecanismo de funcionamiento del ojo, con especial referencia a la llamada visión crepuscular o escotópica.
La luteína ha demostrado ser eficaz en la prevención de la degeneración macular relacionada con la edad, que empeora con la exposición excesiva a la luz solar. Otros factores de riesgo para la misma son: el tabaquismo, la predisposición genética y los desequilibrios nutricionales (como la deficiencia de luteína).
Vitaminas y antioxidantes
Las vitaminas esenciales se dividen en dos grupos: las vitaminas liposolubles (vitaminas A, E, D, K) -que podemos absorber y almacenar en el tejido adiposo- y las vitaminas hidrosolubles (vitaminas del grupo B, vitamina C, H y PP) -que hay que complementar diariamente porque se eliminan a través de los fluidos corporales-.
Se dice que las vitaminas A, E, D y K son liposolubles porque se absorben con la grasa de la dieta y se acumulan en el hígado. Sólo se produce una deficiencia en ellos si no se toman durante periodos prolongados de tiempo.
La mayor parte de la vitamina D es sintetizada directamente por el organismo a través de la exposición a la luz solar, pero también se encuentra en alimentos como los huevos, la mantequilla, el hígado, el arenque, la caballa, las sardinas, el salmón y las gambas.
Las vitaminas del grupo B, las vitaminas C, H y PP se denominan vitaminas hidrosolubles porque no se acumulan en el organismo y se eliminan rápidamente por la orina, por lo que deben tomarse diariamente con la dieta.
Vitamina k
Los retinoides presentes en las cremas aplicadas a la piel pueden hacer que ésta se vuelva muy sensible a la luz brillante, por lo que se recomienda evitar la exposición al sol después de utilizar cremas que contengan vitamina A y aplicarlas por la noche antes de acostarse.
D’Aniello E, Waxman JS. Sobrecarga de entrada: Contribuciones de los mecanismos de retroalimentación de la señalización del ácido retinoico al desarrollo del corazón y la teratogénesis. Developmental dynamics: an official publication of the American Association of Anatomists. 2015; 244(3): 513-523
Vitamina b
Las vitaminas esenciales se dividen en dos grupos: las vitaminas liposolubles (vitaminas A, E, D, K) -que podemos absorber y almacenar en el tejido graso- y las vitaminas hidrosolubles (vitaminas B, vitamina C, H y PP) -que hay que complementar diariamente porque se eliminan a través de los fluidos corporales-.
Se dice que las vitaminas A, E, D y K son liposolubles porque se absorben con la grasa de la dieta y se acumulan en el hígado. Sólo se produce una deficiencia en ellos si no se toman durante períodos prolongados.
La mayor parte de la vitamina D es sintetizada directamente por el organismo a través de la exposición a la luz solar, pero también se encuentra en alimentos como los huevos, la mantequilla, el hígado, el arenque, la caballa, las sardinas, el salmón y las gambas.
Las vitaminas del grupo B, las vitaminas C, H y PP se denominan vitaminas hidrosolubles porque no se acumulan en el organismo y se eliminan rápidamente por la orina, por lo que deben tomarse diariamente con la dieta.