Cuáles son los beneficios de las cerezas
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El cerezo dulce, que produce la jugosa y dulce cereza, se llama Prunus avium, nombre latino que puede traducirse como “cereza de pájaro”, un árbol perteneciente a la especie Rosaceae. Existen varios géneros de este cerezo que producen frutos ligeramente diferentes, conocidos como duracines (también llamados durones) o cerezas tiernas.
Además, las cerezas están compuestas principalmente por agua, por lo que son hidratantes y diuréticas. Por último, recuerda que contienen melatonina, una sustancia que favorece el sueño. Veamos ahora en detalle los beneficios de las cerezas.
Un entrenamiento excesivo, numerosos ejercicios repetitivos o un entrenamiento de potencia pueden provocar daños en la estructura muscular, con la consiguiente activación de la cascada inflamatoria y el dolor muscular. Un estudio realizado en 2006 sobre una muestra bastante pequeña demostró que la suplementación con zumo de cereza era capaz de acelerar el tiempo de recuperación después del entrenamiento.
Las cerezas contienen carotenoides y estimulan la producción de colágeno, dos sustancias que, de distintas maneras, favorecen el bienestar y la belleza de la piel. Su pulpa también se utiliza a menudo en la preparación de cremas y mascarillas para la cara.
Las cerezas son laxantes
Las cerezas son el fruto de varias plantas pertenecientes al género Prunus: de Prunus avium se obtienen las cerezas dulces, las que solemos llevar a la mesa, mientras que de Prunus cerasus se obtienen las guindas, es decir, las cerezas ácidas, las guindas y las guindas.
Las antocianinas de la cereza también han demostrado tener efectos anticancerígenos, a través de la estimulación de las enzimas que eliminan los mutágenos y las sustancias tóxicas, de la estimulación de la apoptosis -la muerte celular programada que permite eliminar estas células a medida que se van formando- y de la reducción de los procesos proliferativos de varios tipos de células cancerosas.
Algunos estudios sugieren que el consumo de cerezas, o de su zumo, puede mejorar la memoria y los procesos cognitivos en personas mayores con formas leves de demencia, e incluso puede tener un efecto relajante y favorecer el sueño en individuos con insomnio. Se trata de un trabajo preliminar, que requiere más investigación, y los efectos registrados son modestos en cualquier caso.
Las cerezas son buenas para los riñones
Esta fruta contiene muchas vitaminas, como la A y la C, y minerales como el calcio, el potasio, el sodio, el fósforo y el magnesio. Además, son muy ricos en hidratos de carbono, entre los que se encuentran algunos que no están contraindicados para los diabéticos y son un alimento adecuado para todos aquellos que padecen diabetes. También contienen un antioxidante llamado antocianinas que inhiben las enzimas que responden a la inflamación y dan la sensación de dolor, también son eficaces contra el cáncer de colon y limpian el hígado.
Características de las cerezas
Las cerezas son el fruto, o más bien la drupa, de ciertas especies botánicas del género Prunus, especialmente Prunus avium L. (cerezo silvestre) y Prunus cerasus L. (guinda o amarasco), pertenecientes a la familia de las rosáceas.
El nombre popular de “cerezas” procede del griego Chérasos y no de la clasificación botánica latina de la planta. Las cerezas son frutos probablemente originarios de Asia Menor (sobre todo de la zona turca), de donde probablemente se importaron a Roma en el año 72 a.C.; en la actualidad, los frutos de Prunus avium L. constituyen una buena fuente de producción agrícola tanto para Europa como para los Estados Unidos de América. NB. En los dialectos del centro de Italia, las cerezas se siguen llamando “cérase” u otros sustantivos similares.
Los rabillos de las cerezas, común e impropiamente llamados pecíolos, son un remedio tradicional con acción diurética y ligeramente laxante. Debido a su alto contenido en sales minerales y orgánicas, actúan directamente sobre el epitelio renal favoreciendo la excreción de sodio y estimulando la producción de orina (acción volumétrica-natriurética). Por eso se utilizan durante las cistitis y las infecciones urinarias en general (para aprovechar la acción de lavado de la orina sobre las colonias bacterianas), pero también en casos de edemas por enfermedades cardíacas, hipertensión, insuficiencia renal y cálculos urinarios. Naturalmente, estas indicaciones terapéuticas exigen que el tratamiento se lleve a cabo bajo una cuidadosa supervisión médica y hacen que el autotratamiento espontáneo sea absolutamente desaconsejable.