Mi alimento es hacer la voluntad de Dios | Jesús
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Escribo esta Circular desde Montebello (Pavía), una de las casas históricas de la Congregación, al día siguiente de la fiesta de Nuestra Señora de la Guardia (29 de agosto) y del Encuentro del Movimiento Laico de Orione (24-31 de agosto).
“A veces, cuando le preguntábamos si iba a estar en algún sitio, respondía que por la mañana no sabía dónde acabaría rodando por la tarde; que ya vería en qué papel le sembraba el Señor”[17].
Don Orione sugirió también en el propio nombre “Pequeña Obra de la Divina Providencia”, “Hijos de la Divina Providencia”,[18] la actitud fundamental de confianza filial y adhesión dócil y constante a la voluntad de Dios[19].
Tal era su estima por la obediencia que llegó a convertirla en un valor identificativo de sus seguidores: “Los hijos de la Divina Providencia deben ser hijos de la obediencia, o no son verdaderos hijos de la Divina Providencia”[20].
Cuando Don Orione repetía que “a Cristo se le ama y se le sirve en la cruz y se le crucifica con él, o no se le ama y se le sirve en absoluto”[22] quería educar en el sacrificio y la obediencia expresiones de verdadero amor a Dios.
Segundo de Cuaresma – Lecturas de los comentarios Domingo 13
Según muchos estudiosos, esta oración se refiere al cumplimiento de los propósitos de Dios en el mundo, tanto a la obediencia de las personas a Dios en el presente (por ejemplo, Mateo 7:21-23) como al reino de Dios por venir, cuando los propósitos salvíficos de Dios se cumplirán plenamente.
El comentarista bíblico William Barclay dijo de Beethoven: “Se dice que cuando lo encontraron muerto, tenía los puños cerrados, como para golpear a Dios, y los labios contraídos como si, por amargura y desafío, quisiera vomitar a Dios.
Jesucristo, el Pan de Vida
Pedimos al Señor por las víctimas del terrible atentado terrorista de ayer en Mogadiscio (Somalia), en el que murieron más de 70 personas por la explosión de un coche bomba. Estoy cerca de todos los miembros de la familia y de los que lloran su pérdida. Recemos juntos: Ave María, …
Saludo a todos, y les deseo un buen domingo y un final de año tranquilo. Terminemos el año en paz, en paz de corazón: esto os deseo. Y en familia, en comunión, unos con otros. Gracias de nuevo por sus buenos deseos y oraciones. Por favor, sigan rezando por mí. Disfrute de su comida y adiós.
¿Cuál es la eficacia de la oración de intercesión?”.
Los tres miembros de esta familia se ayudaron mutuamente a descubrir el plan de Dios. Rezaban, trabajaban y comulgaban. Y me pregunto: ¿en tu familia sabéis comunicaros, o sois como esos chicos de la mesa, cada uno con un móvil, chateando? En esa mesa parece haber un silencio como si estuvieran en misa… Pero no se comunican. Hay que retomar la comunicación en la familia: los padres, los padres con los hijos, con los abuelos, pero comunicarse, con los hermanos, entre ellos.