Alimentos malos para el sistema inmunológico

Alimentos malos para el sistema inmunológico

Vitaminas para reforzar el sistema inmunitario

Por lo tanto, está claro que es necesario crear las condiciones necesarias para garantizar la mejor eficacia posible del sistema inmunitario, aportando la energía necesaria, que es enorme en caso de infección, y las sustancias indispensables para la síntesis y el funcionamiento óptimo de todos los elementos que forman parte de él.

Se trata de una primera línea de protección cuyas células, gracias a los receptores de su membrana (PPR, Pattern Recognition Receptors), pueden reconocer a los agentes patógenos uniéndose a componentes característicos de parásitos, hongos, bacterias y virus conocidos como patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP).

Los PAMP son estructuras que se encuentran exclusivamente en los patógenos y que están completamente ausentes en las células humanas: son ácidos nucleicos, lipopolisacáridos, lípidos y lipoproteínas, moléculas esenciales para la supervivencia de los microorganismos y, por tanto, muy conservadas y poco susceptibles de sufrir mutaciones que permitan al invasor escapar de las defensas del huésped.

  Receta de pollo en coca cola guatemala

Cómo reforzar el sistema inmunitario en los adultos

Contienen zinc, que parece tener ciertos poderes para combatir los virus. Esto se debe probablemente a que el zinc ayuda a crear y activar los glóbulos blancos que participan en la respuesta inmunitaria. También ayuda a su sistema inmunológico con otros beneficios como la curación de heridas.

Siéntase libre de elegir el blanco, el verde o el negro. Cada uno de ellos aporta polifenoles y flavonoides que combaten las enfermedades. Estos antioxidantes buscan los radicales libres que dañan las células y los destruyen. La cafeína y el descafeinado funcionan igualmente bien.

Alimentos que refuerzan el sistema inmunitario

Para defenderse de las infecciones y enfermedades, nuestro organismo -antes de verse obligado a recurrir a los medicamentos- pone en marcha su primera línea de defensa contra los virus, las bacterias, los hongos, etc., representada por el sistema inmunitario.

En resumen:      a) una dieta variada y equilibrada de tipo mediterráneo proporciona los sustratos ideales para la proliferación de las bacterias intestinales beneficiosas, en el sentido de que las nutre y, entre los componentes de la microbiota, selecciona los géneros y familias de bacterias “adecuados”;      b) una dieta incorrecta, en el sentido de monótona, desequilibrada e incompleta, pone en peligro o incluso altera el equilibrio de la microbiota, favoreciendo la prevalencia de especies bacterianas potencialmente dañinas, que entre otras cosas producen sustancias proinflamatorias que en individuos predispuestos pueden dirigir el sistema inmunitario para atacar a nuestro propio organismo, dando lugar a la aparición de enfermedades autoinmunes.

  Las calorías son malas

Cómo fortalecer un sistema inmunitario debilitado

Un exceso de azúcar, y en consecuencia de insulina, provoca un estado de inflamación: se activa un factor en las células inmunitarias que las induce a producir sustancias inflamatorias, como las citoquinas. Una dieta basada en un exceso de azúcar, y en consecuencia el estado inflamatorio resultante, favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y enfermedades autoinmunes.

La introducción temprana y regular de azúcares libres en la dieta de los niños, por ejemplo, aumenta el riesgo de desarrollar caries. La expresión “azúcares libres” o también llamada “azúcares añadidos” se refiere a todos aquellos azúcares como la glucosa, la fructosa, la galactosa, la sacarosa, la lactosa, la maltosa, que son añadidos por los fabricantes o los consumidores, además de los presentes de forma natural en los alimentos.

  Alimentos malos para el reuma

Los antioxidantes son capaces de prevenir el daño celular actuando contra los radicales libres. Precisamente por eso son esenciales para mantener una salud óptima. Los nutrientes antioxidantes mejoran diversas funciones inmunitarias y desempeñan un papel protector en caso de infección. Los principales antioxidantes son la vitamina E, la vitamina C, el betacaroteno, el selenio, el cobre y el zinc. En concreto, el cobre y el zinc intervienen en el metabolismo de los hidratos de carbono.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad